EL PAÍS. Rivian, uno de los referentes en movilidad eléctrica en Estados Unidos, ha llevado a cabo un análisis técnico del Xiaomi SU7, el sedán eléctrico que ha revolucionado el mercado chino.
El objetivo era claro: descubrir qué hace posible que este coche se venda a precios tan competitivos.
Tras desmontarlo pieza a pieza, la conclusión fue sorprendente: no hay ningún truco oculto. El coche está bien diseñado, con una integración tecnológica notable, pero lo que realmente marca la diferencia es el modelo económico que lo respalda.
R.J. Scaringe, CEO de Rivian, explicó que el verdadero secreto del éxito del Xiaomi SU7 no está en su ingeniería, sino en la estructura de costes que permite a Xiaomi fabricar a gran escala con condiciones extremadamente favorables.
En China, el coste del capital puede ser incluso negativo, lo que significa que las empresas reciben incentivos por construir fábricas. A esto se suma una mano de obra más barata y un fuerte respaldo estatal, elementos que en EE.UU. y Europa son mucho más limitados por no decir inexistentes en muchos casos.
Aunque Rivian ha recibido ayudas gubernamentales (como un préstamo de 6.600 millones de dólares, 5.700 millones de euros), Scaringe reconoce que el apoyo no se compara con el modelo chino, donde algunas plantas se levantan prácticamente sin coste para el fabricante.
Esta diferencia estructural explica por qué China lidera la electrificación del transporte, mientras que Occidente lucha por mantener el ritmo.
La llegada de coches chinos eléctricos a Europa ya es masiva.
El análisis del SU7 no solo revela una ventaja industrial, sino que plantea un desafío estratégico para los fabricantes occidentales. No basta con mejorar el producto o añadir más tecnología; es necesario repensar toda la cadena de valor, desde la financiación hasta la producción. La integración vertical, la economía de escala y el rediseño del modelo de negocio serán claves para competir en igualdad de condiciones.
La pantalla del SU7 supera las 16 pulgadas.
Scaringe lo resume con una metáfora: “Es como en El mago de Oz. Cuando crees que hay magia detrás, no ves que todo puede analizarse y explicarse”. El Xiaomi SU7 no es un truco, es el resultado de una planificación industrial eficiente. Y eso, más que cualquier innovación técnica, es lo que debería preocupar (y motivar) a los fabricantes de coches eléctricos en Occidente.